Éxito es ser lo que tú quieres, cuando tú quieres, dónde tú quieres, todo el tiempo que tú quieres con quien o quienes tú quieres.
Empieza a vivir la vida desde el juego, el disfrute y el gozo, abriéndote a entender que lo que pasa en tu vida tiene que ver con cómo estás tú por dentro, y que incluso cuando se presenta algo que no te gusta –una ruptura, un engaño, una mala palabra, un maltrato–, si lo aceptas cuanto antes, sin victimismo, evitarás que la vida te vuelva a repetir la lección con más fuerza.
Si lo asimilas y fluyes, estarás transcendiendo esos miedos que llevas dentro, y a la vez aprendiendo. Si no lo haces y perpetúas el victimismo, estarás haciendo que la vida lo repita y suba la intensidad. No ignorar esto te hace sentir confiado y tranquilo, pero verlo también hace que regrese tu poder personal y la responsabilidad que tienes sobre tu propia vida, y que está al servicio de otros.
No somos conscientes de la grandiosidad de quienes somos todos y cada uno de nosotros. El mayor peligro no es que tus expectativas resulten demasiado ambiciosas y no logres alcanzarlas, sino que resulten demasiado mediocres y que sí lo logres. Mantén la vela de tu ser encendida y haciendo que arda vivamente independientemente de lo que te encuentres frente a ti.
Libérate del apego y del control, y abre tu mente al cambio, a otras posibilidades, porque “tanto si consideras que es posible como si consideras que no lo es, tienes razón” como decía Victor Frankl. El querer apegarte a lo que conoces es la fuente de todos tus problemas. La necesidad de tener razón, de controlarlo todo es el mayor obstáculo para tu avance.
El querer ganar a toda costa, que alguien te vea como “un ser social aceptable o superior” y no ser tú mismo, te aleja de sentir tu paz interior, de liderar. Se trata de amarte a ti mismo y si lo que haces es por amor, te liberarás del compromiso de la infelicidad y de los juegos de tu mente. La paz y la quietud interior solo se consiguen en introspectiva, en la felicidad del agradecimiento después de tanta lucha, de tantos prejuicios de libertad.
No hay situación peor que NO hacer lo que amas, estar con quién NO amas o vivir una vida que sientes que NO es la que te gustaría vivir. El creer en ti implica la absoluta certeza de que aquello que te gustaría manifestar de hecho se mostrará, en perfecto orden, y exactamente en su momento.
Disfruta de tu ser y no hagas nunca que tu felicidad dependa del apego que sientas a una cosa, a un lugar o –especialmente–, a una persona.